domingo, 15 de octubre de 2017

VIDA, Poema 204

Allá, en un lujoso chalet,
Sonríen la gobernadora y el empresario.

Consumido el banquete
Que sus electores jamás podrán comer,
Ella sonríe con suficiencia ante el fotógrafo:
Mañana, en primera plana, aparecerá orgullosa.
La periodista que tiene comprada
Hará un extenso reportaje encomiando su labor.

"Se crearán dos mil puestos de trabajo".
"Se impulsará el desarrollo de la región".
"Se protegerán los ecosistemas".

La gobernadora comprueba la transferencia
A su cada vez más abultada cuenta bancaria.
Se deleita ante el diamante engastado en el anillo
Que fue "un pequeño presente" de parte de la multinacional.

"Se ha cerrado un pacto histórico".
"Este año la economía crecerá como nunca".
"Esta es sólo una parte del megaproyecto".  

El empresario imagina las felicitaciones
Y el ascenso en la Junta Directiva.
Aquí, además, tuvo sexo con unas jovencitas
Que jamás habría encontrado en su país.

"El liderazgo femenino dinamiza la región".
"Con este logro, la gobernadora se asegura
el apoyo del partido en su aspiración al Congreso".
"Su abnegación por el pueblo es ya bien conocida".

Allá, al otro lado,
Mucho más abajo,
En medio de la tierra, el barro y los residuos
Un pueblo entero vislumbra su futuro:
En menos de un año
Cerrará la Casa de la Cultura
Se abrirán 14 bares
Llegarán 19 jíbaros
Serán asesinados 28 adolescentes
Se prostituirán 42 personas
Se darán 85 riñas
Y más de 8000 personas serán intoxicadas con mercurio.

David Alberto Campos Vargas (Colombia, 1982)

VIDA, Poema 205

Pierden el tiempo:
El empresario que sólo lee libros de economía
El científico que sólo sabe de bacterias
El maestro que mata la fe de su estudiante
El ingeniero que no ama la poesía
El intelectual que descuida a su familia
El médico que sólo examina el cuerpo
El periodista que vive forjando engaños
El político que sólo se reúne con la gente
"para subir la popularidad y captar votos".

David Alberto Campos Vargas (Colombia, 1982)

viernes, 13 de octubre de 2017

VIDA, Poema 206

A un "gremio" nauseabundo I

¡Ay, los psiquiatras, tan llenos de orgullo,
creyéndose dioses, pavoneándose de nada!

Algunos son buenos. Unos pocos.
Ellos buscan conocimiento y lo comparten.
Viven a la altura de lo que la profesión les pide.

Pero la mayoría anda perdida:
Se comporta como una manada
De bestias libidinosas y egoístas
Nacidas para la avaricia y el licor.

¡Ay, los psiquiatras, tan llenos de orgullo,
creyéndose dioses, pavoneándose de nada!

Les da miedo hablar de Dios a los pacientes 
Que buscan algo más que fármacos.
Les da miedo hablar de trascendencia.
Les da miedo hablar de fe y de esperanza.
Y luego se preguntan, embobados: "¿Por qué se suicidan?".

¡Ay, los psiquiatras, tan llenos de orgullo,
creyéndose dioses, pavoneándose de nada!

Evitan el diálogo amable con los pacientes
Que buscan mucho más que una receta.
Creen que el sentido de la vida es cosa de filósofos
Y que la religión es para los teólogos.
Y luego se preguntan, alelados: "¿Por qué no mejoran?".

¡Ay, los psiquiatras, tan llenos de orgullo,
creyéndose dioses, pavoneándose de nada!

No piensan ni dejan pensar a los pacientes.
Pretenden atiborrarlos de pastillas,
Embrutecerlos y amarrarlos.
Sólo quieren atender a la carrera y facturar,
Con más afán de lucro que de servicio.
Creen que fortalecer la espiritualidad es innecesario.
Menosprecian la psicoterapia. 
Y luego se preguntan, idiotizados: "¿Por qué recaen?".


Pobres colegas. Pobres huérfanos. 

David Alberto Campos Vargas (Colombia, 1982)  





VIDA, Poema 207

A un "gremio" nauseabundo II

Ya van tres veces
Que encuentro en el piso el humilde crucifijo 
Que hace mucho me regaló un alma buena.
Allí lo tira, acaso sin ruborizarse siquiera,
Una atea militante que se retuerce de rabia
Cada vez que un paciente le habla de Dios o del Cielo.

Ella no es la única.
En todas las Facultades de Medicina
De esta pobre y maltrecha patria
He visto el mismo furor anticristiano,
El mismo desprecio a la Virgen María,
El mismo desdén por los sacramentos.

Ya van seis veces
Que encuentro a los psiquiatras de este hospital
Reunidos en vulgar aquelarre, enajenados,
Embriagados en licor y marihuana,
Dándoselas de intelectuales y diciendo burradas,
Creyéndose superiores siendo una completa hez.

No son los únicos.
En todos los Congresos de Psiquiatría
De este pobre país sin Salud Mental, lleno de violencia,
Guiado por estos truhanes que se dicen "expertos",
He visto el mismo espectáculo triste
De colegas idiotizados tramando abominaciones.

Ya van nueve veces
Que leo comentarios estúpidos en Facebook.
Psiquiatras que posan de sagaces
Despotrican de Jesús y de Su Iglesia,
Atacan lo que no entienden y por eso odian,  
Ridiculizan a los que tienen fe en medio de la podredumbre.

No son los únicos.
En todos los muros de muchos "médicos del alma"
Leo verdadero estiércol.
Veo poca bondad y mucho egoísmo.
Percibo nula humildad y excesiva codicia.
Noto pocas ganas de estudiar, y muchas de presumir.

¡Y creer que alguna vez luché por ellos, por sus derechos!
Era, creo yo, algo así como abogar por los derechos 
De un psicópata homicida reincidente...

David Alberto Campos Vargas (Colombia, 1982) 

VIDA, Poema 208

A un "gremio" nauseabundo III

¿Cómo no van a estar mal los psiquiatras de Colombia
Si sólo saben de adulterio, de soberbia, de superficialidad,
De odio a lo religioso, de mezquindad y vanidades varias, 
De burla hacia los que son sencillos, pobres o creyentes?

¿Esperan acaso algo distinto?

¿Cuándo despertarán de su letargo?

Hoy, cuando una arrogante "doctora"
Arrojó al suelo una imagen de Cristo
En aras de una libertad de cultos que en su pobre opinión
Sólo cobija a los ateos,
Pude constatar cuán bajo han caído.

¿Cómo no van a estar mal los psiquiatras de Colombia
Si sólo saben de ebriedad y de envidia,
Si sólo saben dar rienda suelta a su egoísmo?

¿Pretenden acaso ser felices
Y vivir con la conciencia tranquila
Cuando viven atacando a la Iglesia?

¿Cuándo saldrán de su ignorancia?

Hoy, cuando un "doctor" tristemente célebre
Por sus múltiples amoríos con estudiantes
Trató de hacerme escarnio público por ser católico
Pude comprobar cuán feos son 
Los que le dan la espalda al Creador.

Sólo unos pocos (¿20 de 2000?) 
Trabajan con amor y llenos de Espíritu Santo.
A ellos, paz y bendiciones. 
Dios se acordará de sus buenas obras
Y los llevará por la senda del triunfo.
Ellos verán Su rostro, y sonreirán...
Los otros, ésos que hoy lo persiguen
Y con sus pérfidas palabras lo crucifican de nuevo
Tendrán un castigo tan horrible
Que no cabe en este poema.

¡Y pensar que alguna vez creí que era bueno
Este grupo de réprobos y blasfemos! 

David Alberto Campos Vargas (Colombia, 1982)

VIDA, Poema 209

Hoy he renacido.

Atrás he dejado el campo de batalla.

Enemigos deformes, bestias abominables,
Monstruos de garras afiladas 
Que se hacen llamar "colegas".

Hoy he renacido.
De Tu mano, Señor, he vencido a esas fieras
Que tanto se irritan cuando les hablo de Ti a los pacientes.

David Alberto Campos Vargas (Colombia, 1982)