miércoles, 10 de febrero de 2016

COMO UNA MANO, por Robert Desnos

Como una mano que en el instante de la muerte
y del naufragio se levanta al modo de los rayos del sol poniente,
así surgen por todas partes tus miradas.
Quizá ya no haya tiempo, ya no haya tiempo para verme,
Pero la hoja que cae y la rueda que gira te dirán
que nada perdura en la tierra,
Salvo el amor,
Y de esto quiero convencerme.
Botes de salvamento de colores rojizos.
Tempestades en fuga,
Un vals anticuado que se lleva el tiempo y el viento por los
largos caminos del cielo.
Paisajes.
No quiero más abrazos que aquel al que aspiro,
Y muera el canto del gallo.
Como una mano que en el instante de la muerte
se crispa, así se oprime mi corazón.
Nunca he llorado desde que te conocí.
Quiero demasiado a mi amor para llorar.
Tú llorarás sobre mi tumba,
o yo sobre la tuya.
No será demasiado tarde.
Hasta mentiré. Diré que fuiste mi amante,
Y al final todo es tan absolutamente inútil,
A ti y a mí muy cerca nos espera la muerte.


Robert Desnos (Francia, 1900-1945)

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