lunes, 9 de junio de 2014

Johan Cruyff, por David Alberto Campos

Para muchos, el mejor jugador de todos los tiempos: el inimitable Johan Cruyff. Elástico, versátil, creador y definidor, dueño de velocidad y energía impresionantes, riqueza técnica y estilo depurado. Los elogios nunca serán suficientes para este titán del fútbol.

Con la selección holandesa (de la que fue capitán) clasificó al mundial de 1974 y pronto dejó al público boquiabierto con ese invento de Rinus Michels (el director técnico) que él había hecho realidad con sus compañeros: el fútbol total. Todos atacaban, todos defendían. El pase largo, el cambio de frente, la marcación zonal y un sinnúmero de jugadas de laboratorio hicieron de esta Holanda la inolvidable "Naranja Mecánica" de la que se habla todavía. 


Con todo y que Uruguay tenía uno de los mejores arqueros del torneo (Ladislao Mazurkiewicz), Cruyff impuso su magia y los charrúas cayeron aplastados (en el segundo gol, el mismo Cruyff se sacó a Mazurkiewicz y puso el balón adentro -el llamado "pase de la muerte"- para la definición de Repp). Con Bulgaria se repitió la tunda, y Cruyff se dio el gusto de jugar caminando el partido, mostrando toda su clase; para el cuarto gol, después de bajar el balón con el pecho, lanzó un pase largo que se fue curvando hacia adentro, y Peugeon, en jugada preparada, se tiró de palomita y anotó. El espectacular partido contra Argentina hizo de la "Naranja Mecánica" la selección favorita: una acrobática jugada de Cruyff y su golazo para el 1-0. Luego vino el gol de Ruth Krol (2-0) y el segundo de Cruyff en la tarde (potente cañonazo desde fuera del área, 3-0) y, para acabar la fiesta, Cruyff se la puso "casi con la mano" a Repp para que cabeceara y aniquilara a los argentinos por 4-0. A Alemania Oriental la bailaron de principio a fin (2-0 marcador final) y a Brasil (ya sin Pelé, pero aún con Rivelino y Jairinho) le aplicaron la misma dosis. En ese partido, Cruyff anotó el 2-0 con una "patada voladora" digna de un ninja, demostrando su estupenda condición física.
La final, contra Alemania Federal, permitió a los espectadores ver a los dos mejores jugadores del momento (Cruyff y Beckenbauer), ambos capitanes de sus respectivas selecciones. El duelo concluyó 2-1 a favor de Franz Beckenbauer, pero Cruyff fue elegido, pese a terminar subcampeón, el mejor jugador del mundo aquel año.

En la Eurocopa de 1976 volvió a lucirse, regateando, haciendo cabriolas y jugadas innovadoras (como la popular "vuelta Cruyff" que aprenderían luego astros como Zidane), pero sólo alcanzó el tercer lugar. Al año siguiente oficializó su retiro (prematuro) de la selección nacional, por desavenencias con la Federación Holandesa de Fútbol y sobretodo por su oposición a los crímenes cometidos por la dictadura militar (el Mundial de 1978 se había organizado en Argentina y se estaba usando, de parte de los criminales, como una "cortina de humo" para ocultar su corrupción y sus atrocidades). Sus muchachos, "la Naranja Mecánica sin Cruyff", quedaron nuevamente subcampeones.

Como jugador de clubes destacó en el Ayax de Amsterdam (con tres títulos de Liga y una Copa Europea), el Barcelona de sus amores (con el que ganó de todo, junto a sus compatriotas Neeskens y Michels), el New York Cosmos y, de regreso a su tierra, el Feyenoord (con el que ganó una vez más la liga holandesa). Se retiró en 1982, con estos títulos en su palmarés: Jugador del Año 1971, 1973, 1974, 1977; Balón de Oro 1971, 1973, 1977, 1979; Jugador Europeo del Año 1971, 1973, 1975, 1977, 1979, 1980. Como técnico, en los 90´s, hizo del Barcelona un equipo de ensueño (recordarán a Stoichov, Romario y compañía) y se coronó campeón en varios torneos, incluyendo una Liga de Campeones.

Dato curioso: Beckenbauer (que se llevó esos mismos galardones en 1972 y 1976, y quedó segundo en los otros años) comentó en una ocasión: "quedar siempre detrás de Johan era todo un honor"; Cruyff, en tono de chanza, le replicó: "pero igual te diste el gusto de levantar una Copa del Mundo, y yo no". En otra entrevista, Beckenbauer afirmó: "Johan sabe lo que es el Arte"; Cruyff le agradeció diciendo: "Franz fue el mejor defensa que enfrenté en toda mi carrera".


David Alberto Campos Vargas (Colombia, 1982) 

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