martes, 22 de octubre de 2013

XXIV

Un muy buen compañero era Oscar Rocha. Así como en el fútbol luchaba valientemente y lograba abortar jugadas de gol de nuestros adversarios, en su desempeño académico era un gladiador. Fue el estudiante más aventajado de la clase. Otra cualidad suya era su disposición a ayudar, a dar asesoría. Cuando me vi a gatas con Estadística (de nuevo las matemáticas y yo, en una relación tormentosa), le pedí ayuda y él, muy amablemente, me recibió en su casa y me dio una completa monitoría. El asunto terminó bien, pasé la materia y seguí adelante, en el camino hacia ser médico para poder ser psiquiatra. Siempre estaré agradecido con Oscar. Asimismo con Héctor Andrés Sánchez. Un humanista completo, que me abrió su casa y su corazón. Estaba finalizando sus estudios de música, era políglota y aficionado a la semiótica y a la historia. Él y Mafe Cubides fueron mis mejores amigos en la Javeriana. Héctor Andrés y su familia siguen siendo de mi círculo más íntimo. Actualmente él ejerce en Alemania. Se casó con una mujer maravillosa, Eliana Baruffol. Tienen dos hijos hermosos, Simón y Antonia. Los padres de Héctor Andrés, Carolina Guerrero y Héctor Sánchez, reciben mi visita al menos una vez cada semestre. Constituyen una pareja genial, generosa, siempre dispuesta a acoger en su hogar. Dicho sea de paso, Don Héctor es el viajero más interesante que he conocido. No sólo conoce Europa y América como la palma de su mano, sino que ha estado en los sitios más insólitos del mundo, viviendo todo tipo de experiencias (algunas de las cuales son las más interesantes que he oído jamás). Y sus hermanos, Nicolás y Daniel, son dos hombres estudiosos e inteligentes, de cuya amabilidad siempre he podido nutrirme. Nicolás es matemático y músico; está en Canadá, donde se doctoró. Daniel es un gran abogado y un excelente viajero. Puede que llegue a superar a su padre en cuanto a aventuras.

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