Querida familia, queridos amigos:
Gracias por sus consejos y su ayuda en el empeño de hacer más seguro el blog. Con la ayuda de ustedes, y del Todopoderoso, no se han vuelto a presentar ciberataques de ningún tipo. Todas sus indicaciones, y las recomendaciones de expertos en ciberseguridad, han blindado a Pensamiento y Literatura de nuevos ataques.
Según me han explicado, los hackers y los haters están a la orden del día, y el año pasado fui blanco fácil de aquellos que han odiado aquello en lo que creo (el Evangelio, la posibilidad de transformar el mundo a través de la oración y el humanismo cristiano, el ecumenismo, el diálogo interreligioso, la paz mundial), lo que soy (un científico y un filósofo creyente, cristiano católico, firme defensor de la vida y los valores cristianos) y lo que represento (la posibilidad de aunar fe y razón, ciencia y filosofía, arte y reflexión, acción social y vida contemplativa).
Este nuevo año, después de haberle ofrecido al Señor todas las tribulaciones padecidas en el 2023 (las intrigas, las desilusiones, las persecuciones, las calumnias, la intolerancia, las amenazas, los ciberataques, las vejaciones, los chismorreos, las humillaciones públicas, las maquinaciones para hacerme perder mis empleos, los comentarios malintencionados y burlescos a propósito de mi salud mental, los ataques a mi matrimonio y mis seres queridos, las amenazas de muerte, el desplazamiento forzado debido a las manifestaciones de violencia contra mí y mi familia), pidiéndole por la paz en todo el orbe y la conversión de todos los corazones, promete ser un año fecundo y hermoso.
Seguiré en oración, en constante metanoia, buscando asemejarme cada vez más a Cristo, nuestro Dios y modelo. Continuaré elevando mis plegarias por ustedes, y por todas las personas, especialmente aquellas que, como yo, son perseguidas por su credo.
Y Pensamiento y Literatura, a salvo de actos vandálicos, seguirá siendo una ventana privada, íntima, en la que ustedes podrán asomarse a mi corazón. Sé que las reuniones y las videollamadas son sumamente valiosas, pero la conexión que se logra entre ustedes y yo, a través de la belleza filosófica y literaria, es oro puro.
Un abrazo fuerte. Feliz y bendecido Año Nuevo. Roguemos por el fin de las guerras y el establecimiento de una humanidad renovada, pacífica, amorosa, recta, solidaria y empática.
David Alberto Campos Vargas